Gastó INAH 30 mdp en renta de edificio que no ocupó

La adjudicación de contratos para la compra de mobiliario se hizo sin licitación de por medio, además de evidenciar favoritismos, todo con la aprobación del director del instituto, Alfonso de María y Campos.
2010-06-09 / MILENIO
 
El inmueble está ubicado en Insurgentes Sur, en la colonia Hipódromo Condesa. Foto: Oswaldo Ramírez El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pagó alrededor de 30 millones de pesos por concepto de nueve meses de renta por un edificio ubicado en Insurgentes Sur 421 de la colonia Hipódromo, Condesa, mejor conocido como Conjunto Aristos, y ello sin haberlo ocupado durante dicho tiempo. Además de que su renta superó en mucho la de otros seis inmuebles que se ocupaban previo a éste.

Según información obtenida por MILENIO, conforme a la Ley de Transparencia, el acondicionamiento de ese inmueble para recibir a por lo menos mil 200 empleados de varias áreas del INAH tuvo diversas irregularidades, como la adjudicación de contratos para la compra de mobiliario y del sistema de voz y datos sin que mediara licitación pública alguna.

El argumento de por qué no se daba una licitación “formal” lo dio el secretario administrativo del INAH, Luis Ignacio Sáinz Chávez: “El esquema de costo-beneficio es bastante”.

Todo ello, dijo, había sido aprobado por el director general del INAH, Alfonso de María y Campos Castello, según consta en las actas de una reunión del Comité de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del INAH en poder de MILENIO.

Al Conjunto Aristos llegó en octubre personal que laboraba en seis edificios rentados, por lo que en su momento el coordinador nacional de Recursos Materiales y Servicios del INAH, Francisco Javier Dorantes Díaz, había manifestado que esa mudanza traería un ahorro considerable, pero resultó ser todo lo contrario.

Según datos oficiales, la renta de esos inmuebles sumaban mensualmente 779 mil 418.39 pesos. La renta mensual durante todo 2010 del edificio Aristos es de 3 millones 20 mil 317 pesos al mes.

La renta de dicho inmueble incluye 16 pisos del edificio A, planta baja y primer piso del edificio B y los pisos 1 y 2 del edificio C, además del área de bodega y 150 cajones de estacionamiento. En realidad, en el lugar sólo existen entre 80 y 100 cajones.

Todo el proceso de ocupación del edificio estuvo bajo escrutinio del Órgano Interno de Control del INAH (OIC), que en su momento, según consta en las actas de sus sesiones de febrero y mayo de 2009, hizo observaciones críticas al respecto, pero nunca hubo denuncia alguna de por medio.
Renta de un edificio sin usar

Fue el subdirector de Supervisión de Auditoría, Raúl Islas Álvarez, quien hizo una primera observación en las reuniones de ese comité. “El dictamen está fundamentado, al principio, en el pago de renta de diferentes inmuebles; consideramos que si estamos proponiendo que sea o es así, a partir del 20 de enero se está pagando ya la renta de ese inmueble… Ahí estamos duplicando los pagos de los inmuebles que estamos ocupando más el inmueble que se está adquiriendo para renta”.

La respuesta de Dorantes Díaz sobre la duplicidad en el pago de rentas fue que era “hasta cierto punto natural que se paguen rentas en los dos sitios, mientras se hace precisamente todo el cambio y las adecuaciones pertinentes”. Y el cambio, según él, representaría para el INAH un ahorro en el gasto de bienes y de servicios.
Adjudicaciones sin licitación

En la sesión del comité del 26 de febrero de 2009 se presentó el dictamen de adjudicación directa de la compra de mobiliario que estaría en dos pisos del edificio Aristos.

En esa reunión, Dorantes Díaz afirmó: “Como ustedes saben, nos vamos a cambiar a un nuevo edificio que estamos rentando desde fines de enero (2009), y se va a necesitarnuevo mobiliario. Se invitó a quince empresas”.

Pero sólo una de ellas fue la escogida: la empresa Herman Miller, que a decir del mismo funcionario presentó el mejor precio. Hasta ese momento el edificio estaba vacío y la readecuación de oficinas e instalaciones varias estaba en proyecto.

Dorantes Díaz argumentó que el motivo de haber optado por la adjudicación directa en la compra de muebles y no haber tomado el camino de la licitación pública había sido para ocupar lo más pronto posible el inmueble de Aristos “y no seguir pagando doble renta”.

Otro crítico en esa sesión fue Jorge Ricardo Olguín Flores, quien en dicha sesión llevaba la representación del Titular del OIC. “¿Representaría mucho problema que se hiciera una invitación a cuando menos tres personas o hacer una licitación pública para esta adquisición?”, preguntó. La respuesta de Dorantes Díaz fue: “Por el cambio que tenemos que hacer de edificio, sí, en este momento sí”. No había más: era la adjudicación directa.

La propuesta estaba sobre la mesa y Dorantes Díaz insistía en que el proceso había sido transparente. Del otro lado, igual, “para nosotros sería más transparente que fuera licitación pública”, decía Olguín Flores. El costo de esa primera compra fue 6 millones 169 mil 211 pesos.

En otra sesión del Comité de Adquisiciones celebrada el 21 de mayo se dio a conocer la información para la compra total de los muebles que se ocuparían en los 13 pisos restantes del edificio. que tendrían un costo de 25 millones de pesos y lo relacionado a la instalación, el sistema de voz y datos. Todo por adjudicación directa.
¿Conflicto de intereses?

El propietario del edificio Aristos resultó ser el presidente, desde 2007, de la Federación Mexicana de Asociaciones de Amigos de los Museos (Femam), Elías Sacal Cababie.

Además de presidir la Femam, es integrante de la Sociedad de Amigos del Museo Nacional de Antropología. El nombre de su empresa, Bay View Grand (BVG) Infraestructura, SA de CV, se puede leer en una placa colocada en uno de los muros de dicho museo.

Por si fuera poco, la esposa del director general del INAH, María Virginia Clasing de Campos, es la secretaria de actas de la Femam.

El área total rentada es de 14 mil 710. 92 metros cuadrados y el contrato fue firmado entre el INAH y dos empresas “diferentes”, que al final resultó ser del mismo dueño: el de 2010 es con la empresa BVG y el de 2009 se dio con la Inmobiliaria Insurgentes 421, SA de CV. En ambos participó el secretario administrativo del INAH, Luis Ignacio Sáinz Chávez, además de Dorantes Díaz.

Todo, según ellos, con el conocimiento del director general del INAH.