Arqueología, historia, arte y etnografía

Alhóndiga es una de esas palabras difíciles, no la asociamos con algo conocido porque es inusual. El término proviene de la palabra árabe hispanizada alfúndaq, que a su vez viene del árabe clásico funduq, traído del arameo panduqiüm, y aún antes de una palabra griega que significa albergue. El diccionario la define como una casa pública destinada para la compra y venta del trigo, aunque en algunos pueblos también sirve para otros granos, comestibles o mercaderías que no devengan impuestos o arbitrios de ninguna clase mientras no se vendan.

Además de ser un edificio, la alhóndiga era un sistema de almacenaje que se impuso en el Virreinato como una medida para contener una posible carestía; la primera se estableció en México en 1573. La de Granaditas es la más conocida por el momento histórico que le tocó protagonizar; su origen fue producto de las heladas de 1783, que provocaron la pérdida de las cosechas y su consecuente hambruna. El intendente de la Provincia de Guanajuato, José Antonio Riaño, propuso construir una alhóndiga para la región. Sin embargo, su propuesta no tuvo eco hasta varios años después; su construcción comenzó en 1798 acorde con los planos del arquitecto Durán y Villaseñor, y se concluyó en 1809 bajo la dirección del arquitecto José del Mazo. Desde el principio se le llamó Granaditas, algunos autores dicen que debido a los productos almacenados ahí, granos en su mayoría, pero en realidad no se sabe a ciencia cierta el porqué.

El edificio se ha convertido en símbolo para la ciudad, por su monumentalidad que refleja la bonanza guanajuatense de finales del siglo xviii, pero es más revolucionario, por la batalla que se libró allí el 28 de septiembre de 1810, donde la figura de Hidalgo y otros personajes, como el Pípila pelearon por la soberanía y libertad de la nación mexicana. Este simbolismo histórico quedó plasmado en los murales de José Chávez Morado, su primer director como museo (1955 y 1966). El artista guanajuatense pintó un resumen de la época virreinal hasta su final, acentuando el carácter cívico del inmueble y su valor cultural.

La alhóndiga también funcionó como aparador para los conspiradores, porque después del enfrentamiento entre Hidalgo y Calleja en el Puente de Calderón, a los prisioneros los juzgó y condenó a muerte un consejo de guerra; entonces el 14 de octubre de 1811 se colocaron las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez en jaulas de fierro en los cuatro ángulos de la Alhóndiga de Granaditas. Allí permanecieron hasta el 28 de marzo de 1821, cuando fueron retiradas por órdenes de don Anastasio Bustamante, quien mandó darles sepultura en el panteón de San Sebastián. Éste como otros sitios históricos, conservan huellas de esos hechos, aquí es posible ver las cuatro alcayatas que soportaron esas terribles jaulas.

De depósito de semillas a museo
Pasada la guerra, el edificio no volvió a ser depósito de semillas, fue usado como fábrica, luego convertido en almacén de tabacos, más tarde funcionó como vecindad, también fue utilizado como cuartel de los liberales, e incluso lo utilizaron como cuartel las tropas francesas en 1864. Ese mismo año, el emperador Maximiliano visitó Guanajuato y decidió convertirlo en cárcel; así se mantuvo hasta 1945, cuando se destinó como sede del museo regional. El 17 de septiembre de 1949 se inauguró oficialmente el Museo de la Alhóndiga de Granaditas.

Sin embargo, nueve años después se decidió transformarlo en Museo Regional de Guanajuato, en resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Por sus dimensiones, el museo está dividido en cuatro grandes apartados temáticos: arqueología, historia, arte y etnografía, además de albergar exposiciones permanentes y temporales. En el museo se realizan actividades complementarias como conferencias, lecturas de poesía, presentaciones de libros y ciclos de cine.

El recorrido empieza por el Recinto de los héroes, espacio diseñado en 1967 para rendir homenaje a Hidalgo, Morelos, Jiménez, Allende, Aldama y Guerrero. Una lámpara votiva, ubicada en el centro del recinto cívico, guarda la llama de la Independencia, fuego que se renueva cada mes y, como ocasión especial, el 28 de septiembre, en conmemoración de la toma de la Alhóndiga en los albores del levantamiento insurgente.

Luego vienen las Artes y costumbres de Guanajuato, donde se exponen las expresiones artísticas de los artesanos del estado, organizadas con una visión etnográfica. En esta sala se presentan textiles, cerámica, objetos tradicionales de la charrería, herrería, hojalatería, alfarería, confitería, cantería, juguetes tradicionales y cerería, entre otros.

Más delante está la sala dedicada a Romualdo García, donde se exhiben imágenes del fotógrafo más representativo del estado. Las imágenes de García son consideradas como un catálogo de las clases sociales de Guanajuato entre 1887 y 1914. En este espacio también se presentan exposiciones temporales.

Las salas tituladas Manuel Doblado y Casimiro Chowell son espacios destinados a exposiciones temporales de todas las manifestaciones artísticas.

Expresiones artísticas
De los objetos más interesantes del museo son la colección de Sellos prehispánicos, uno de los acervos más completos en su tipo del país. Estos objetos, elaborados principalmente con barro y piedra, representan plantas, flores, animales, formas humanas, seres míticos y una gran variedad de formas geométricas. Se piensa que fueron elementos ornamentales y decorativos con un fin ceremonial y religioso o que sirvieron como emblemas.

Otra de las salas es la dedicada al Arte mesoamericano, con objetos arqueológicos de diversas culturas, reunidos a lo largo de 25 años por los pintores José Chávez Morado y Olga Costa. También hay hermosas representaciones de dioses prehispánicos como Quetzalcóatl, Tláloc, Huehuetéotl, Cocijo, Chicomecóatl, Xochipilli y Xipe Tótec.

La sala dedicada a la Cerámica de Chupícuaro muestra el trabajo de los habitantes de ese poblado, tradición que tuvo su núcleo en el sureste del territorio guanajuatense entre el año 500 antes de Cristo y el 300 de nuestra era.

Por último, la sala de Historia exhibe documentos, gráficos y planos que ilustran acontecimientos nacionales y regionales que marcaron la historia de México y que abarcan desde los antecedentes de la lucha de Independencia hasta la instauración de la República en 1823. El punto de partida es 1750, cuando se constituyó una estructura regional conocida como el complejo Sierra- Bajío, donde se fincó el desarrollo de la economía, la sociedad y la cultura de Guanajuato.

No podía faltar un espacio dedicado a don Hermenegildo Bustos, donde se exhibe la obra de este pintor guanajuatense, nacido en Purísima del Rincón en 1832. Aunque se sabe muy poco de su formación pictórica, la obra de este artista constituye una de las grandes aportaciones a la pintura mexicana del siglo xix. En su trabajo son frecuentes los temas religiosos, como puede verse en los exvotos de la colección.

Dónde está
El museo se localiza en el centro histórico de Guanajuato, en la calle de Mendizábal número 6.

Para saber más
– Rodríguez, Gabriel, El Museo de la Alhóndiga de Granaditas, México, cnca, 2002.
– Cosío Villegas, Daniel et al., Historia mínima de México, México, El Colegio de México, 1974.
Diccionario Porrúa, México, Porrúa, 6ª ed., 1995.