Incomunicación total

Si ya de por sí es difícil establecer una «comunicación» con la gente cercana, ahora que nos vamos a quedar sin celular, tendremos que recurrir a los cafés vespertinos, desayunos del sábado por la mañana, comidas del domingo o a los correos electrónicos con sentido (no a la cadenas y demás). Quizá sea beneficioso para los restauranteros, pero no así para los «anfitriones» que se verán obligados a pensar qué diablos van a preparar para los «invitados».